Probablemente hayas oído hablar de las baterías de iones de litio (Li-ion) y de los beneficios que suponen para los sistemas de alimentación ininterrumpida o SAIs. El principal beneficio es que duran el doble que las baterías tradicionales y necesitan menos mantenimiento.
Al oír estos beneficios, lo primero que pueden pensar algunos proveedores podría ser que estas baterías les costarán parte de sus ingresos: si duran tanto, esto implica menos recambios. Pero, en realidad, las Li-ion representan más oportunidades de ingresos por dos razones clave que exploraremos a continuación.

Las Li-ion suponen un Coste Total de Propiedad (TCO) más bajo respecto las VRLA
La primera razón es que las Li-ion tienen un coste inicial más alto que las baterías tradicionales (conocidas como VRLA), por lo que, de entrada, el vendedor recibe mayores ingresos.
Y, a pesar de su precio, venderlo no debería ser más difícil, porque esta tecnología, en realidad, implica un menor Coste Total de Propiedad a lo largo de su vida útil. En parte porque dura más y requiere un menor mantenimiento, pero también porque las baterías Li-ion pueden operar a temperaturas más altas que las VRLA- hasta a 40°C- sin que eso perjudique el rendimiento. En muchos casos, eso significa que los clientes pueden reducir sus costes de refrigeración, un elemento importante en los costes operacionales, especialmente en instalaciones como los centros de datos.
Teniendo en cuenta estos factores, la tecnología Li-ion permite un Coste Total de Propiedad más bajo a lo largo de su vida, en comparación con SAIs con baterías VRLA equivalentes. Por ejemplo, APC by Schneider Electric estima que sus soluciones Li-ion proporcionan ahorros en TCO de hasta el 35%.
Las Li-ion hacen posible más casos de uso de UPS
La otra razón por las que los SAIs Li-ion no disminuirán los ingresos de los partners es que deberían ser capaces de vender más unidades, al poder tener más casos de uso.
Las baterías Li-ion pueden resistir temperaturas más altas sin perjudicar el rendimiento de la batería. Además, tienen un peso tres veces menor por la misma cantidad de energía que las baterías VRLA, lo que las hace más fáciles de instalar, y son significativamente más pequeñas. En resumen, pueden almacenar más energía en el mismo espacio o la misma energía en un espacio más pequeño. De manera que ahora es posible fabricar un SAI tan potente como los anteriores, pero con un impacto general mucho menor, abriendo el mercado a muchas nuevas aplicaciones.
Algunos ejemplos:
- Sistemas back-office y de punto de venta: los SAIs pueden ayudar a los comerciantes, restaurantes y similares a evitar cortes de energía, proporcionándoles más tranquilidad.
- Atención Sanitaria: los SAIs son vitales para aquellas instalaciones de atención sanitaria que dependen de ciertos dispositivos críticos y de su equipo de diagnóstico, para asegurar la satisfacción y la seguridad de los pacientes.
- Productos integrados: en el mundo del Internet de las Cosas, casi todo puede tener un sensor que recoge y manda información valiosa, siempre y cuando tenga energía. Las Li-ion pueden ampliar la protección a algo tan simple como una máquina expendedora. Una vez más, un gran mercado potencial.
Estos son solo algunos ejemplos que muestran las oportunidades de ingresos extra que facilitan los SAIs Li-ion. Nuestro consejo es que hables con tus clientes, identifiques puntos de riesgo potenciales que un SAI puede abordar, y después dejar que las Li-ion hagan el resto.
Identifica las y eche un vistazo a nuestro White Paper que plantea una comparativa entre las baterías VRLA y las de Li-ion.